28 de abril de 2018

¡QUÉ PIENSO!


Cuando te diagnostican una enfermedad de leucemia, piensas muchas cosas negativas. 

Hoy, después de siete años con mis recaídas y muchos días de hospital, pienso en positivo.

En este camino… me he encontrado con personas muy valiosas, con muchas ganas de ayudar a los pacientes a cambio de nada. Lo que aprendí de todas ellas es a luchar y pedir ayuda cuando lo necesitas. Y es en ALCLES donde he encontrado la mejor ayuda.

Al principio no conocía a nadie y allí encontré personas con toda la fuerza de querer ayudar.

En los talleres encontré una psicóloga que me enseñó a luchar y a vivir.

Otro día, otra persona dándonos una charla de relajación en el taller de los jueves, nos enseñó a reflexionar. Nos pidió que imaginásemos que estábamos en la orilla del mar mirando hacia el horizonte y que viéramos venir algo que se acercaba a nosotros y pensásemos qué habíamos encontrado.

Yo vi una ola que se acercaba y la espuma me envolvía y me quería ayudar haciéndome sentir que no estaba sólo. Era lo mismo que sentía cuando estaba tanto tiempo hospitalizado  y veía a los voluntarios que me querían ayudar a salir a flote. Eran como gotas que flotaban en el aire y me daban vida.

Ahora cuando les veo, les miro y pienso lo mucho que han hecho por mí y por otros afectados de leucemia.

Todos juntos en la sede de ALCLES hablamos e intercambiamos nuestras experiencias y siempre nos quedamos con lo más positivo.

En un principio no nos conocíamos pero hoy somos como una familia. Nos apoyamos y animamos para seguir remando, porque aunque tengamos una enfermedad mala, podemos y debemos hacer cosas, pensar y hablar.

Con este espíritu podemos dar ejemplo a otras personas que están pasando por  nuestra situación y decirles que cuentan con nuestra amistad y fuerza.

Con todas estas personas buenas, y todos los voluntarios y profesionales, se puede conseguir lo que nos propongamos.

¡¡Yo pienso que he podido y todos podemos!!


Ángel Fernández Álvarez

11 de abril de 2018

REFLEXIONES EN VOZ ALTA DE UN PACIENTE CON CÁNCER.


El día 21 de marzo de 2017, me entero, por una resonancia magnética, que dentro de mi tengo cáncer, joder que palabra, que problema, que miedo, que angustia ...

Yo algo barruntaba, porque mi cuerpo daba señales, que yo, hasta este momento no sabía interpretar. Estamos en la vida tan rápido y damos por hecho tantas cosas, que no vemos más haya de dos pasos por delante y pensamos que como estamos viviendo es lo normal.
Cuando la palabra cáncer entra en mi vida todo cambia, me angustio, me preocupo, un poco no me lo creo, me deprimo, me canso, no duermo, pienso que esto se acabó,lloro, estoy acojonado.

Como el cáncer no vino a por mí del todo en este momento, empezamos a vivir una historia que espero que al final termine bien.

Muy, muy, muy importante para mí en este momento, es que no estuve solo, conocí una nueva constelación muy grande de ESTRELLAS de todos los tamaños y formas y todas muy importantes. Importantes las grandes, las pequeñas, las que lucen más y las que lucen menos, las que están enteras, a las que les falta un trocito, todas ya forman parte de mí. Estas estrellas tienen cuerpo, tienen cara, son personas que están conmigo para ayudarme y el saber que no estás solo en esta situación  despeja mucho el camino que ahora toca andar. Estas estrellas siempre han estado ahí y hasta ahora no las había visto.

Cuando te dicen que tienes cáncer, es muy fuerte, no sabes que hacer y es normal, tampoco puedes hacer mucho, casi nada. Parar un poco, mirar a tu alrededor y si tienes capacidad de controlar un poco tu cabeza ¡ole!, vamos por buen camino.

Ahora una parte de esas ESTRELLAS, de las que hable antes, están trabajando conmigo. Ya somos muchos para la lucha que nos espera.  Sabemos el nombre de la enfermedad, cáncer, ahora vamos a verle la cara y saber más de él, por ejemplo su apellido, cuanto más sepamos de la parte contraria mejor podremos afrontar el proceso que nos espera por delante.

En este momento yo no hago casi nada, porque no sé qué hacer y porque hay que dejar trabajar a las ESTRELLAS. Mi única ayuda para ellos, ahora, es mantenerme de pie, no perder mucho la cabeza y dejar mi cuerpo en sus manos.

“EMPIEZA LO BUENO”  A POR TODAS 

Ya sabemos que tenemos cáncer y a este le vamos a apellidar Linfoma No Hodgkin.
De momento no empezamos bien, yo solo me apellido González.

LLEGA LA HORA DE LAS ESTRELLAS

Ya se han reunido y se prepara la batalla, somos muchos y tenemos mucho armamento, quimio, radio,… Vamos a empezar. Cuanto antes mejor.

De momento en esta batalla yo solo miro, me intento mantener fuerte, apretó los dientes y me dejo llevar. Aquí yo solo tengo que dejar mi cuerpo para que luchen dentro.

Antes de empezar ya hay estrategias y hemos hablado del tema. La guerra será larga, de día y de noche, sin cuartel, perderemos alguna batalla, otras las ganaremos, habrá muchos, muchos daños colaterales, van a caer inocentes en la batalla, pero no queda otro remedio.

UN AÑO DESPUÉS

Aquí estamos, que no es poco. Las ESTRELLAS y el cáncer han luchado mucho, me veo por dentro como un monte después de un desolador incendio. En la estrategia, antes de la guerra, ya habíamos hablado del tema, no hay que engañarse, esto es muy duro y se pasa muy mal.

Dicen, no sé quién, que después de la tormenta viene la calma. Ahora el No Hodgkin y el González están más tranquilos. Cada uno un su lugar, dentro de mi cuerpo. De momento hay un tiempo de tregua  y  No Hodgkin y yo estamos cansados.

Me dejo llevar y dejo en manos de MIS ESTRELLAS las cosas que no puedo ni tengo porque controlar. El cáncer sabe que le estamos vigilando y  que aunque no queremos la guerra, estamos preparados para seguir luchando y cada día más fuertes.

Ojalá  no tengamos que pegarnos otra vez más el cáncer y yo. Que el tiempo pase poco a poco y que el final de esta historia sea que los dos, en paz, terminemos nuestra andadura por esta vida, incluso siendo amigos.

Ahora me voy a tomar una cerveza con No Hodgkin y a seguir viviendo la vida, que MERECE LA PENA.


José Alija González